sábado, 10 de marzo de 2012

Herida y furia


Mientras temblabas mirando al suelo, yo trataba permanecer en pie entre el dolor y la ira.
Fui misericordioso y fuerte, al mismo tiempo en que te convertiste en una espina en el corazón que creia estar en tus pétalos. Y tus petalos cayeron y quedé entre tus espinas.
-Terminemos esto aquí y ahora -dijiste mientras el cielo y sus estrellas se derrumbaban sobre mi alma- ¿me lo suplicas o me lo exiges? -tu voz ténue y temblorosa me confunden, me dan esperanza pero a la vez me hunden el puñal.
Yo ya terminé -dije con la determinación de un papel y el dolor de una volcán, y tú allí sin poder decir nada.
Te liberé de tus promesas y yo nunca pude soltarme de las que te hice.
Aquella noche mataste algo en mí.
Y ahora aún pienso en vengarme, pero mato ese pensamiento con un Te Amo y te llamo.
No digas por favor que no te amo... que no te valoro... porque aún aprieto con una mano el puñal de mi espada y con la otro aprieto el filo para no hacerte daño... pues aunqué una vez heriste mi corazón, despertaste en mí la furia... no se si para tu bien o para tu mal...

No hay comentarios:

Publicar un comentario