jueves, 8 de septiembre de 2011

Te veo entonces...

Hola,
me alegra tener, por fin, un tiempo de calma para escribirte.
por aquí mis asuntos no van tan bien, no es para preocuparse, eso lo hago yo
pero confieso que se debe a tú ausencia y eso es mi culpa...

hemos quedado muchas veces para vernos y conversar, perdona la ausencia...
pero no he venido para quejarme.
tengo muchas cosas que decirte, pero ya llegará su momento.

hoy quiero que sepas que te extraño, ya se ha comenzado a sentir crudo un vacío en el corazón,
(perdona la melancolía) 
pero sé que puedes venir, que me puedes llamar y quedar conmigo, en cualquier rato... yo me desocupo
porque necesito escucharte y creo que tú también quieres escucharme, no lo dudo.

porque mejor que nadie  Tú puedes ayudarme a comprender este corazón y esta alma que tienen tu sello de fábrica.
no me quejo, solo pido ayuda.
porque la fe es una materia que he reprobado un par de veces, la he vuelto a tomar...
y nadie mejor que Tú para sacarme de entre los jalados... se que depende mucho de mi parte... ayúdame pues si?

tequieromucho es poco, teamo también, decirte cuan necesario eres en este mundo con sus cabos sueltos no alcanzan en un ejemplar de la real academia, no en mi castellano.
quizá en un lenguaje que Tú y yo hablamos en secreto... uno muy intimo, muy personal, muy nuestro.

asi pues, qué más te puedo decir, Tú ya lo sabes todo...
te veo entonces, estoy seguro que te veré... como te vi en mi primer día...




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